Consigna: El
trabajo práctico tendrá que responder la siguiente pregunta:
¿Cómo se construye la
figura del héroe en La vida del Lazarillo
de Tormes?
Modalidad: en grupos de 4 integrantes, escrito, extensión 2 o 3 carillas, fecha de presentación: 6 de mayo.
El héroe Lázaro de Tormes en la
picaresca española
Con el Lazarillo (1554) se inaugura en España el género de la picaresca y
la narrativa ofrece a los lectores un modelo heroico diametralmente opuesto al
caballero medieval: un criado landronzuelo y vagabundo, llamado Lázaro de
Tormes. Aunque es a todas luces curiosa la variación, la mención de dos razones
bastan para comprenderla: el nuevo contexto histórico-social y el género de
inscripción del texto. En efecto, la novela surge con los aires del
Renacimiento que impregnan España-y el resto de Europa-con los valores de un
grupo social que ha mutado el heroísmo y la santidad por el dinero y el trabajo
y ha desplazado la figura de Dios hacia el hombre. De ahí que el INDIVIDUALISMO
será la idea rectora del mundo y la conquista del DINERO el motor de los
hombres. Si no fuera así, ¿cómo hubiera sido el héroe protagónico un sujeto
marginal cuya vida no poseía acciones virtuosas para contar, pero que se anima
a hacerlo y en 1º persona?. Como dice Salinas “Los nuevos tiempos han
adulterado por completo la personalidad de los héroes convirtiéndolos en gentes
vulgares, en vecinos de su barrio…”(Salinas, 1958: 59). A esto debemos añadir
que los nuevos tiempos exigen también otro tipo de héroes y protagonistas
porque es otro el tipo de lector-receptor.
Con respecto al género-en este
caso la narrativa y dentro de ella la novela- es importante recordar que
necesariamente evoluciona junto con las sociedades que lo producen y usan y en
este sentido, podemos entender al héroe pícaro no como el producto de la España
del siglo XV sino como la figura novelesca propia de un nuevo género y de unos
lectores necesitados de ficciones más realistas pues ya no hay posible
identificación con campos de batallas, guerras y botines. Tampoco es posible
hacer un paralelo entre el héroe novelesco y un sujeto histórico concreto como
en el caso del Cid. En el Lazarillo
nos enfrentamos a un héroe literario, a una creación artística-autoral; de ahí
provienen sus derechos a ser considerado un “héroe”, no se trata ya de un
sujeto lleno de virtudes sino del personaje en torno al cual gira la novela o
el drama.