martes, 29 de abril de 2014

GUÍA DE LECTURA

 UNIVERSIDAD NACIONAL DE JUJUY
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
LITERATURA ESPAÑOLA I-2014

Guía de lectura de: “El “héroe” literario y la novela picaresca española” en Pedro Salinas (1966) Ensayos sobre literatura hispánica, Aguilar: Madrid.

La guía se puede realizar en forma grupal. La utilizaremos en la clase del miércoles 30. No es para entregar.

CONSIGNAS

1. Salinas nombra 4 acepciones de la palabra héroe al comienzo de su artículo y luego las agrupa en dos zonas. Qué diferencia conceptual hay entre ambas zonas?
2. ¿Cuál es la diferencia, según el autor, entre héroe, héroe literario y personaje literario?
3. ¿Cómo fundamenta el autor la siguiente idea?: Creo que no es arriesgado decir que hasta el siglo XVI el único candidato a protagonista de una obra literaria narrativa era el héroe.
4. ¿Cuál es la tesis de Salinas? Refiere algunos ejemplos con los que la sostiene.
5. ¿Qué relaciones se pueden establecer entre la tendencia a “desheroificar”-practicada en el siglo XVII-y la novela realista?
6. ¿Según el autor, el pícaro es un héroe o no?
7. ¿En qué reside la trascendencia y significación del nuevo héroe?


jueves, 24 de abril de 2014

TRABAJO PRÁCTICO POEMA MÍO CID

CÁTEDRA DE LITERATURA ESPAÑOLA I
TRABAJO PRÁCTICO Nº1


Fecha de entrega: 30/04/14 (No se recibirán después de esta fecha)

INTEGRANTES DEL GRUPO:

LU..................NOMBRE:.................................FIRMA :........
LU..................NOMBRE:.................................FIRMA :........
LU..................NOMBRE:.................................FIRMA :........
LU..................NOMBRE:.................................FIRMA :........

Texto: Tiradas 54 A 63 (Episodio con el Conde de Barcelona)

Consigna general: Realizar el análisis del episodio haciendo uso de las competencias adquiridas.
El grupo dará a su lectura analítica la estructura y el orden que considere adecuados, pero en ella deben considerarse los siguientes aspectos (además de todos aquellos que se crean necesarios):

1-Secuenciación. Recordar que todo el episodio es una secuencia compleja o macrosecuencia que puede, a su vez, subdividirse en secuencias (núcleos narrativos) menores.

2-Esquema actancial. Realizar la lectura ideológica del mismo. Se debe tener en cuenta quién fue el Conde de Barcelona, a qué sector de la nobleza pertenece, la rivalidad entre castellanos y catalanes, la rivalidad familiar con el Cid y todos los datos que se crean pertinentes. También se debe trabajar la oposición Conde - Cid.

3-Identificar el cronotopo dominante. Caracterizarlo. Reconocer sus características semántico-valorativas y su función en relación a la construcción del héroe, al argumento del texto y al género al que este pertenece.

4-La construcción discursiva del héroe (nivel del enunciado):
Analizar el hacer/decir del héroe
Analizar el ser del héroe (gestualidad/ vestimenta / atributos)
Para este punto servirá trabajar comparativamente a Rodrigo Díaz de Vivar y al Conde de Barcelona

5-La construcción juglaresca del héroe (nivel de la enunciación o del decir del narrador épico). En este punto se debe analizar algunos de los recursos formularios de la narración, atendiendo a los epítetos, reiteraciones paralelísticas y antítesis, especialmente.

6-Analizar cómo está trabajada la verosimilitud. Seleccionar un ejemplo y explicar su importancia.

Finalmente: Elaborar una conclusión en la que se fundamente, a partir de todos los aspectos trabajados, la funcionalidad de este episodio en la estructura general del relato y en la construcción del héroe épico.





sábado, 19 de abril de 2014

Letrilla de Quevedo: Parodia del episodio del león

HOLA CHICOS: Como les había prometido, aquí está la letrilla satírica y burlesca de Francisco de Quevedo que recrea el episodio del león del Poema de Mio Cid, como verán ni el Cid se salva...
Pueden encontrar muy buena información sobre Quevedo, y también sus textos en el sitio: FUNDACION FRANCISCO DE QUEVEDO.
Les dejo la letrilla, que la disfruten. 
MEDIO DÍA ERA POR FILO (764)
Medio dia era por filo,
que rapar podía la barba,
cuando, después de mascar,
el Cid sosiega la panza;

la gorra sobre los ojos
y floja la martingala,
boquiabierto y cabizbajo,
roncando como una vaca.

Guiárdale el sueño Bermudo,
y sus dos yernos le guardan,
apartándole las moscas
del pescuezo y de la cara:

cuando unas voces, salidas
por fuerza de la garganta,
no dichas de voluntad,
sino de miedo pujadas,

se oyeron en el palacio,
se escucharon en la cuadra,
diciendo: «¡Guardá: el león!»,
y en esto entró por la sala.

Apenas Diego y Fernando
le vieron tender la zarpa,
cuando hicieron sabidoras
de su temor a sus bragas.

El mal olor de los dos
al pobre león engaña,
y por cuerpos muertos deja
los que tal perfume lanzan.

Al venir acatarrado
el león, a los dos mata;
pues de miedo del perfume
no les siguió las espaldas.

El menor Fernán Glonzalez,
detrás de un escaño a gatas,
por esconderse, abrumó
sus costillas con las tablas.

Diego, más determinado,
por un boquerón se ensarta
a esconderse, donde van
de retorno las viandas.

Bermudo, que vio el león,
revuelta al brazo la capa
y sacando un asador
que tiene humos de espada,

en la defensa se puso.
Despertó al Cid la borrasca;
y abriendo entrambos los ojos
empedrados de lagañas,

tal grito le dio al león,
que le aturde y le acobarda:
que hay leones enemigos
de voces y de palabras.

Envióle a su leonera
sin que le diese fianzas;
por sus yernos preguntó,
receloso de desgracia.

Allí respondió Bermudo:
«Señor, no receléis nada,
Pues se guardan vuesos yernos
en Castilla como Pascua.»

Y remeciendo el escaño,
a Fernán González hallan
devanado en su bohemio,
hecho ovillo en la botarga.

Las narices del buen Cid
a saberlo se adelantan,
que le trujeron las nuevas
los vapores de sus calzas.

Salió cubierto de tierra
y lleno de telarañas;
corrióse el Cid de mirarlo,
y en esta guisa le fabla:

«Agachado estabais, Conde,
y tenéis mucha más traza
de home que aguardó jeringa,
que del que espera batalla.

»Connusco habedes yantado:
¡oh, que mala pro vos faga,
pues tan presto bajó el miedo
los yantares a las ancas!

»Sacárades a Tizona,
que ella vos asegurara,
pues en vos no es rabiseca,
según la humedad que anda.»

Gil Díaz, el escudero
que al Cid contino acompaña,
con la mano en las narices,
todo sepultado en bascas,

trayendo detrás de sí
a Diego, el yerno que falta,
con una mano le enseña,
mientras con otra se tapa.

«Vedes aquí, señor mío,
un fijo de vuesa casa,
el Conde de Carrión,
que esconde mal su crianza.

»De dónde yo le he sacado,
sus vestidos vos lo parlan,
y a voces sus palominos
chillan, señor, lo que pasa.

»Más cedo podréis tornar
a Valencia y sus murallas,
que de ningún cabo al conde,
por no haber de do le asgan.

»Si no merece de yerno
el nombre por esta causa,
tenga el de servidor vueso,
pues tanta parte le alcanza.»

Sañudo le mira el Cid;
con mal talante le encara:
«De esta vez, amigos condes,
descubierto habéis la caca.

»¿Pavor de un león hobistes,
estando con vuesas armas,
fincando en compaña mía,
que para seguro basta?

»Por San Millán, que me corro,
mirándovos de esa traza,
y que, de lástima y asco,
me revolvéis las entrañas.

»El que de infanzón se precia,
face en él pavor y el ansia
de las tripas corazón:
así el refrán vos lo canta.

»Mas, vos, en esta presura,
sin acatar vuesa casta,
facéis del corazón tripas,
que el puro temor vos vacia.

»Ya que Colada no os fizo
valiente aquesta vegada,
fágavos colada limpio:
echaos, buen conde, en colada.»

«Calledes, el Cid, calledes
-dijo, con la voz muy baja-,
y la cosa que es secreta,
tan pública no se faga.

»Si non fice valentía,
fice cosa necesaria;
y si probáis lo que fice,
lo tendredes por fazaña.

»Más ánimo es menester
para echarse en la privada,
que para vencer a Búcar
ni a mil leones que salgan.

» nimo sobrado tuve»;
mas en esto el Cid le ataja,
porque, sin un incensario,
ninguno a escuchar le aguarda.

«Id, infante, a doña Sol,
vuesa esposa desdichada,
y decidla que vos limpie,
mientras yo vos busco un ama.


»Y non fabléis ende más,
y obedeced, si os agrada,
aquel refrán que aconseja:
la caca, conde, callarla.»